jueves, 17 de junio de 2010

Siempre me ha gustado

No sé de quien es pero desde muy pequeño me gusta.

Era un 42 de mayo, en que los rayos de sol helaban la tierra.

Había una rata muerta nadando en una charca vacía.

Entre en casa, cerré la luz y encendí la puerta.

Colgué el abrigo en la cama y me eché a dormir en la percha.

A media noche oí una voz que me decía:

Cara de poca ventana, sal a la vergüenza

Y dame un vaso de sed que me estoy muriendo de agua.



También me gusta.

Era un clérigo cerbatana largo sólo en el talle. (Quevedo)


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